jueves, 1 de noviembre de 2007

El matrimonio hoy

La Constitución del Perú establece que el matrimonio, la familia y la maternidad están bajo la protección de la ley. También otorga al Estado el deber de velar por la salud física, mental y moral de la infancia, y consagra que el varón y la mujer tienen iguales oportunidades y responsabilidades (http://tc.gob.pe/legconperu/constitucion.html). Nuestro país también es suscritor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que, entre otras acciones, compromete a los Estados miembros a garantizar la igualdad en el goce de todos los derechos civiles, políticos y culturales.

Sin embargo, existen algunos mitos que impiden cumplir muchos de estos preceptos. Por ejemplo, se considera al crecimiento poblacional como uno de los elementos que detiene el desarrollo, crea pobreza y perjudica la seguridad nacional. De ahí que un importante número de mujeres recurran al aborto para poner fin a embarazos no deseados.

Es importante anotar que no sólo por creencias religiosas el aborto debe ser rechazado, sino porque también implica un altísimo riesgo para la salud de la mujer. Un aborto puede producir enfermedades y daños psicológicos, y hasta causar la muerte, especialmente de las mujeres más pobres, ya que son intervenidas en condiciones precarias y muchas veces por personas que no son profesionales en salud.

De acuerdo a las investigaciones del doctor Guillermo Vallenas Ochoa, miembro de la Asociación Peruana de Demografía y Población, la mortalidad materna en el Perú sólo supera en América Latina a Bolivia y Haití.

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) advierte que si bien en el Perú no existen estad¡sticas confiables sobre mortalidad materna, las complicaciones que generan los abortos clandestinos, realizados en malas condicions, generan el 90 por ciento del total de muertes maternas.

Jóvenes y sexo

Pero la fortaleza de la familia y, en consecuencia, de la sociedad, también es afectada por la cada vez más temprana iniciación sexual. Según una encuesta de la Universidad de Lima, el 49 por ciento de los jóvenes de 12 a 18 años está de acuerdo con las relaciones prematrimoniales. Y un estudio del Centro de Salud Reproductiva y Desarrollo (Endes) determina que en el 2000, de 100 adolescentes de 15 años de edad, el 85 por ciento ya había tenido relaciones sexuales.

La misma encuesta de la Universidad de Lima señala que el 17,6 por ciento de los jóvenes afirmó que en su hogar no se habla de sexo, y un 39,1 por ciento calificó la información que recibe en casa de "muy poca". Los jóvenes aprenden de sexo en la calle: el 36 por ciento en el colegio y el 24 por ciento con los amigos. No conversan del tema con adultos y menos con los padres. Esta realidad nos lleva a inferir que la desinformación empuja a los jóvenes a tomar decisiones equivocadas.

Es importante remarcar que la temprana iniciación sexual está íntimamente ligada con la salubridad. Así, cada vez más adolescentes sexualmente activos contraen enfermedades venéreas y hasta el mortal sida. Se llega a decir que uno de cada cinco adolescentes puede tener una enfermedad de transmisión sexual, y el Ministerio de Salud ha certificado que una gran parte de las 15 mil mujeres peruanas infectadas con VIH contrajo el virus entre los 15 y los 20 años de edad.

Separaciones y divorcios

A estos problemas, generadores de inestabilidad en la composición familiar, hay que añadir el divorcio que, según datos del INEI, crece ininterrumpidamente desde hace 10 años en Lima y el Callao, donde se han producido dos mil separaciones. El Cercado de Lima y Miraflores son las zonas donde se producen más divorcios, y siguen los distritos de San Martín de Porres, San Isidro, Lince, Breña, San Borja, Surco y La Victoria, en su mayoría habitados por familias de las llamadas clases C, D y E, es decir las más pobres.

Debido al incremento de divorcios que se ha producido en la última década, las instituciones públicas han empezado a desarrollar planes específicos para minimizar los traumas que puedan sufrir los miembros de la familia fragmentada, especialmente los niños. El problema es mucho más grave en los llamados países industrializados. En España la cifra va en aumento y se teme que en diez años alcance a Estados Unidos e Inglaterra, donde cada año se disuelve la mitad de los matrimonios.

Al fracasar la estabilidad que brinda vivir en familia, niños y adolescentes se sienten desamparados, de ahí que suelen buscar consuelo en las drogas, el alcohol y hasta terminan suicidándose.

En los últimos cinco años se han divorciado 968 mil parejas (lo que involucra al 25 por ciento del total de la población del departamento de Lima) debido a la incapacidad de afrontar una crisis y solucionar problemas cotidianos. En consecuencia, dicen los expertos que la ruptura sentimental se puede evitar si la crisis es manejada oportunamente.

Violencia familiar

Otro de los problemas que afecta a la pareja y, en general, a la familia, es la llamada violencia doméstica. Las Naciones Unidas ha denominado la violencia contra la mujer en el hogar como el “crimen encubierto más numeroso del mundo”.

Según la Red Interactiva para el Tratamiento y Atención Integral de la Mujer en el Perú (RITA), cuatro de cada diez mujeres peruanas son víctimas de violencia familiar, y en el caso de los varones el índice de agresión es de dos por cada diez. Las edades de la mayoría de las víctimas fluctúan entre los 26 y 35 años.

Los departamento de Lima, Piura, Puno, San Martín y Huánuco registran mayores índices de violencia familiar y sexual. El país con la tasa más alta tasa en Latinoamérica es México.

Más amor

Las familias en el mundo de hoy son víctimas de la violencia, traducida en mujeres asesinadas por sus parejas, abortos, suicidios, trastornos psicológicos, divorcios traumáticos, niños abandonados, maltratados y depresivos, aumento de la drogadicción y del alcoholismo, ancianos abandonados, pero, sobre todo, se traduce en hambre de amor.

La familia es permanentemente atacada para desmembrarla. El matrimonio es una sociedad permanente entre un hombre y una mujer. Está en la Biblia, en Mateo 19 (http://www.nathan.co.za/biblespa.asp?chapter=948): "El hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre". Y en Efesios 5 (http://www.nathan.co.za/biblespa.asp?chapter=1102) se invoca a los maridos a amar a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se agrega que los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos.

“El que ama a su mujer, a sí mismo se ama", nos enseña la Santa Iglesia Católica. Pero en Efesios también se dice que "las casadas deben estar sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo".¿Significa esto que la esposa debe hacer todo lo que el marido quiera? ¡No! El matrimonio requiere sumisión por parte de los dos. Está en la Biblia, Efesios 5:21, "Someteos unos a otros en el temor de Dios".Y la Biblia también nos prohíbe el abuso físico o verbal contra la esposa. En Colosenses 3:19 (http://www.nathan.co.za/biblespa.asp?chapter=1110) se pide: "Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas", y en Efesios 4:2-3 (http://www.nathan.co.za/biblespa.asp?chapter=1101) se recomienda a los esposos "soportáos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz".Lo más importante, hermanos, Amémonos los unos a los otros, con caridad fraternal. Pongamos siempre delante esta enseñanza de Jesús.

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